Cosas que sí son ciertas, que hacer cerámica se ha convertido en el nuevo yoga, que es sostenible y, sobre todo, debe ser artesanal. Otra cosa es que no eres alfarero ni protagonizas Ghost. Llama a tu interiorista alma de cántaro.

Somos barro, bueno, ojalá tan fáciles de moldear, sobre todo a la hora de ponerse un bañador. Una reflexión a punto de las vacaciones. El caso, que tu fanatismo por el barro, la loza, la cerámica ha hecho que tu casa parezca una alfarería. Que conste que el uso de cerámica nos parece mejor que bien, pero de ahí a que tu casa sea un puesto de cacharrería (sobre todo porque vives en un piso) pues hay un trecho. Llama a tu interiorista, que es el único que pone orden en esa alacena que tienes por cabeza.
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